sábado, 28 de noviembre de 2015

Para el amor de mis días



Te escribo con toda la sinceridad del mundo, con todo el amor del mismo y con todas las ganas del universo.

Quiero empezar por agradecerte cada una de las sensaciones que me has hecho vivir, son únicas y por lo tanto siempre las recordaré con mucho amor. También quiero agradecer cada palabra pronunciada de tu boca, tanta seguridad que utilizas al decirlas me hace no dudar de ellas. Confío tanto en ti que no hay necesidad de fingir ser alguien más para impresionarte, para enamorarte…

Estoy segura que esto sólo se vive una vez en la vida, porque no hay nada como la primera vez en que sentiste tanto amor por alguien. Me gusta tanto todo lo que haces para enamorarme que no cabe duda de que, ¡MI AMOR, CUÁNTO TE AMO!

El tiempo contigo se me va tan rápido, señal de que lo estoy disfrutando. No sabes la falta que me hacías en el pasado, pero bien se dice que lo mejor siempre tarda en llegar.

Me siento tan feliz al tener a mi lado a un hombre como tú, tan feliz que no hay necesidad de buscar lo que tengo contigo con alguien más, tú llenas todas mis expectativas, tú haces que lo imposible para mí, sea posible. Hay ocasiones en las que me recuesto a pensar en cada una de las cosas por las cuales hemos pasado y me llena de alegría pensar en ellas, ya que esas mismas cosas son las que me tienen aquí, queriéndote un poco más.
Has estado en mis peores momentos, como también en los mejores, me has soportado cuando ni yo misma lo he logrado, por esas acciones que parecen tan sencillas pero en realidad no las son; te amo y te amo cada vez más.
Siempre serás el amor de mis días, estés lejos o estés cerca. Ya que no necesito de tu presencia únicamente para que me hagas sentir amor…

Si ya lo haces con tan sólo pensarte


Autor: Ilse Quihuiz

martes, 22 de septiembre de 2015

A diferencia de usted... yo si se amar



No he mirado otros ojos con el deseo de quedarme en su vida... Ya sabe a qué me refiero, a esa forma única de mirar a la persona que se ama, cuando no deseas otra cosas más que quedarte en su recuerdo, pero sobre todo vivir en su corazón. 

A diferencia de usted, yo no podría besar otros labios con la misma intensidad y pasión con que beso los suyos, no desearía abrazar a nadie después de un largo día. 

No tendría el corazón para amar y entregarme a alguien más como lo hago con usted cada vez que estoy a su lado. 

No tendría el coraje de compartir mis instantes a lado de un desconocido, de dedicarle tiempo a quien no se lo ha ganado. 

A diferencia de usted, no podría renunciar a lo que hemos vivido juntos, no pediría un tiempo para saber lo que realmente siento, no podría perderlo para darme cuenta que lo he encontrado y que a su lado tengo todo lo que soñé. 

A diferencia de usted, no correría a los brazos de nadie, no renunciaría a las risas compartidas de tantos años, a las lágrimas derramadas por simplezas, a las tardes de enojo y a los sueños construidos en nuestra habitación.

No podría ignorarlo ni un instante, no pediría que se fuera de mi vida creyendo que será feliz sin mí. 

A diferencia de usted, no sería una cobarde huyendo de mis sentimientos y de lo que sólo usted provoca, no diría NO, tampoco diría DESPUÉS, no traicionaría lo que siento y me arriesgaría por compartir mi vida a su lado. 

A diferencia de usted amor, no me resignaría con un instante a su lado, porque lucharía por una vida junto a usted. 

Porque no soy la clase de mujer que se entrega a medias, tampoco la que espera que la valoren, sé lo que soy y lo que tengo y cuál es mi valor, lo que me sobra y lo que me falta, sé lo que doy y lo que puedo dar. No soy la clase de persona que espera una migaja de amor cuando puede tener el banquete completo. 

Porque a diferencia de usted yo sé entregarme leal y honestamente sin traiciones, sé luchar por lo que quiero, pero también sé decir adiós cuando es suficiente; a diferencia de usted, valoro los momentos a su lado... 

Y lo único que deseo en esta vida y después de ella, es amarle como sé amar, con un solo corazón entregado a este amor.



Autor: Jacki Ra. So

domingo, 13 de septiembre de 2015

Mi Primer Amor...



Todos hemos caído rendidos ante la magia del primer amor. Imposible olvidar aquel sentimiento de inocencia, el cual creías que sería eterno. 

Ni las mil emociones que invadían tu ser, al tener cerca a esa persona que rodaba por tu mente todo el día. Tampoco las locuras, producto de tu ingenuidad, que hiciste por él o ella. Sí, en este momento te vino un nombre a la mente y acabas de recordar viejos tiempos a su lado.

El primer amor, no siempre es la pareja con la que dio inicio nuestro historial de relaciones sentimentales, tampoco aquel enamoramiento de la adolescencia que te produjo ensoñaciones melosas y hasta ridículas. 

No, el primer amor, es ese sentimiento intenso que te llega hasta lo más profundo, que te atrapa en un torbellino de emociones, elevándote a un paraíso de pasiones hasta el momento desconocidas. Es el descubriendo de un amor que no sabes que podías llegar a sentir. Todo es nuevo y maravilloso, hasta la ilusión de permanecer toda una vida junto a alguien. Concibes a esa persona como única, especial y llena de virtudes.

El olvido se torna largo y algunas veces, simplemente no llegamos a olvidar, pero sí a superar, el afecto cambia para sólo convertirse en un recuerdo de largas caminatas, románticos atardeceres, besos y caricias que guardamos celosamente en nuestra memoria. Cada vez que estos bellos momentos, se asoman por nuestra mente, llevándonos por la senda de las dulces memorias de aquel amor que nos llevó al cielo por primera vez, sonreímos en secreto, sintiéndonos nostálgicos por aquello que llegamos a sentir y nos hizo tan felices.

No es que al primer amor se le quiera más, simplemente es más vehemente porque en él reside la magia de descubrir algo nuevo y fascinante, una pasión inexplorada y completamente irracional, una veneración por alguien más allá de nuestro entorno fraternal. Es tan extraordinario ese sentimiento, que llegamos a ignorar que algún día puede terminar, ahí radica lo maravilloso: el creer que es eterno. Por otro lado, los demás afectos que surgen después de la tormenta que ocasionó el amor, vienen acompañados de un arcoíris y algunas veces días nublados, no es que sean mejores, simplemente ya no amamos con esa tierna inocencia de aquel delirio amoroso, nos convertimos en seres precavidos y hasta temerosos de las consecuencias que conlleva el enamorarnos nuevamente; volviéndose amores más adultos, más conscientes, más apegados a la realidad.

Relaciones amorosas llegaremos a tener muchas, unas nos van a marcar y otras simplemente quedaran en el olvido, pero hay una, una en especial que siempre conservaremos en nuestros corazón y en nuestra memoria: 

EL PRIMER AMOR


Autor: Liz Barojas

jueves, 3 de septiembre de 2015

Lo Que Yo Quiero De Ti...



Los tropiezos de la vida me han enseñado perfectamente qué quiero y qué no. Es muy simple.

Si un día me hallas y comenzamos un viaje juntos no me prometas un PARA SIEMPRE, tampoco una relación perfecta como hacen algunos ingenuos, no quiero que me bajes la luna, con que me cuentes los lunares será suficiente, no me vendas simulacros, no me pidas que explote mis dotes culinarias para ti porque eso es fallo al seguro, no quiero lenguaje histérico ni enlodarnos con la monotonía, tampoco dejar de fluir en nuestros espacios ni dejar de respetar la individualidad, no quiero olvidarme de mis amigos ni de mis motivaciones. 

No quiero silencios incómodos que dicen más que mil palabras.

Sabiendo lo que no quiero y dejando que pases mis murallas lo que espero de ti es QUE PROMETAS, QUE AMANECER A TU LADO, SERA LO MEJOR DEL DÍA, que el amor será compartido: tuyo y mío;  que nuestro viaje valdrá las risas, que crearemos un imperio de “TE QUIEROS”, de caricias y cosquillas, promete que tus manos olvidarán mi cuerpo cada día y al recorrerlo experimentarás nuevas sensaciones como si fuera la primera vez, mírame como si fuera poesía, promete que el niño que nos habita saldrá a jugar muy seguido, que seremos irreverentes, que me curaré muy pronto de ti si es que acaso un día debemos cerrar el ciclo, promete estar atento a los ruidos de mi alma, a los días grises y sacar un paraguas de colores en su caso.

Yo por mi parte corresponderé a tus promesas, pero si al final éstas se las lleva el viento, entonces mirémonos a los ojos y volemos.

Autor: Ariadna Rodriguez 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Quisiera haberte conocido antes...


No por cobardía, ni por falta de agallas, pero es que llegaste en el momento menos indicado a mi vida. Porque tal vez la historia que me planteas podría ser una de las más hermosas que nos pudo ocurrir a ti o a mí. Pero debimos conocernos antes, es la verdad. Tu insolente, pero hermosa mirada me causa estremecimiento cada que la encuentro, y no es exageración, esos ojos tuyos pueden reflejar las maravillas de tu alma, y me llevan a imaginarte a mi lado, puedo perderme en esos ojos, sin ganas de ser rescatada.

Pero debimos conocernos antes, no porque ahora no brilles con plenitud, o mis fuerzas para querer se hayan agotado; debí conocerte antes porque antes habría sido más sencillo. Y no es por egoísmo que te digo esto, pues a pesar de no deber, me has cautivado. Y fue lo inesperado de tu presencia, tu sonrisa autentica y llena de vida, tu mirada, esa mirada… Fue tu andar lento y pausado frente a mí, dándome a saber que ahí estabas. Posando cínicamente tus ojos en los míos, sin dejar nada a la malinterpretación, me atrapaste. Y no me arrepiento de eso. Pero debimos conocernos antes.

Porque ahora, aunque la fuerza con la que tu cuerpo me llama, la magnitud de tu presencia cuando, por casualidad, llegas a verme lejos del mundo, ahora no es posible. Mi vida y mi tiempo están ocupados por alguien, una persona que elegí hace tiempo, que tal vez ha perdido las insistentes ansias de enamorarme, pero está a mi lado. Por eso debimos conocernos antes. Porque aunque admiro tu valor de apostarlo todo por alguien como yo, alguien sin  la fuerza que tú tienes en una sola pestaña, no es posible más. Quisiera darte más, quisiera no querer darte más, pero lo quiero. Tú mereces más.
Debí conocerte antes, y créeme que sin dudarlo habría caído en tus brazos, porque eres de quien siempre espere enamorarme, tan cínico y a la vez sincero; con esa encantadora mirada que arranca una sonrisa a quien la vea, pero más aún por tu alma que no sé si es solo apariencia, pero irradia bondad, sencillez, pero también un gran orgullo. No se describirte, solo entiendo que eres especial. El hombre más especial que he conocido en mi vida. Pero debí conocerte antes. Antes de que la historia de mi vida estuviera tan escrita y tan establecida, antes de que el amor fuera prohibido. Aunque tal vez el encanto de ti es que llegaste ahora, sin avisar, sin preguntar si podías entrar; sin maldad a fin de cuentas, pero provocando tempestades.

Lamento tanto que así sean las cosas, lamento mirarte frente a mí y no poder lanzarme a ti, no poder besarte y tocar tu rostro; pero es así como debe ser, porque algún día miraremos al pasado y nos encontraremos en la memoria, tal vez agachemos los ojos, pero una tímida y sincera sonrisa terminará por dibujarse en nuestros labios, tal vez nos preguntaremos que habría pasado de haber sido posible nuestro tiempo; te prometo que será un momento único y mágico, que nos llenará de esperanza, te prometo que nuestra pequeña historia vivirá para siempre en nuestros corazones, siempre estará ahí con la fuerza de la nostalgia y la bondad.


Te quiero y es lo único que puedo decirte en este instante; nada quisiera más que haberte conocido antes, ojalá te hubiera conocido antes…


Autor: Celia Odette

domingo, 24 de mayo de 2015

Que Sera De Ti...




Qué será de tí, 
necesito saber hoy de tu vida. 
alguien que me cuente sobre tus días; 
anocheció, y necesito saber. 

Qué será de tí, 
cambiaste sin saber toda mi vida, 
motivo de una paz que ya se olvida. 
no sé si gusto más de mí, o más de tí. 

Ven, 
que esta sed de amarte me hace bien, 
yo quiero amanecer contigo amor, 
te necesito para estar feliz. 

Ven, 
que el tiempo corre, y nos separa, 
la vida nos está dejando atrás. 
yo necesito saber, que será de tí. 

Qué será de tí, 
cambiaste sin saber toda mi vida... 
motivo de una paz que ya se olvida. 
no sé si gusto más de mí, o más de tí. 

Ven, 
que esta sed de amarte me hace bien, 
yo quiero amanecer contigo amor, 
te necesito para estar feliz. 

Ven, 
que el tiempo corre, y nos separa, 
la vida nos está dejando atrás. 
yo necesito saber... 
...qué será...de tí



miércoles, 13 de mayo de 2015

Miedo a comenzar de nuevo...

Cada mañana, miro el celular esperanzado de que fuese yo el primer pensamiento que tuvieses al despertar.

En mi mente empiezo a idealizar lo que mi corazón desea, pero que mis palabras tienen miedo a expresar…
El miedo de volverme a enamorar lo volvió a sentir mi cuerpo cuando por primera vez cuando tus ojos me dijeron lo que tus labios se negaron a expresar aquella noche, cuando nos mirábamos sin indicio de que fuéramos a tener algo más que una simple amistad.
Miento al decir que contigo no lo quiero intentar;  porque mi corazón se sobre salta cada vez que observo que me hablas hasta con un simple “Hola” por WhatsApp.
Tal vez no sepa lo que pasará hoy, ni mucho menos es lo que pasará mañana, pero si de algo estoy seguro es que tú eres lo primero y último que pienso cada día de la semana.
Tengo la esperanza de que todo lo que mi mente se imagina, sean sólo aquellas pesadillas que yo tanto me hacía, para que cuando mi corazón despertara, quedara lo más intacto de lo que mis pensamientos buscarían destrozar gracias a las ideas locas que mi cabeza estaría por realizar.
Para ser sincero tengo miedo a comenzar de nuevo, porque eso significa jugarme todo por un amor que tal vez sea solo pasajero, pero aun así, después de tanto meditar he decidido dame otra oportunidad.

Los fantasmas de mi pasado, soy consciente de que nunca se irán, pero al saber sobrellevarlos, me servirán para saber en qué no debo volver a fallar y tal vez así, tú puedas ser lo que yo tanto deseaba encontrar.

Y me sigo preguntando: ¿Qué será de ti?



El tiempo ha pasado, los recuerdos ahora cada vez son más borrosos, los buenos momentos a tú lado vienen en imágenes color sepia… Y los sentimientos, esos que alguna vez hacían latir mi corazón con tanta fuerza, esos… Se han esfumado.
Y nada es tan maravilloso como la sensación de desapego, de poder ver las cosas desde el ángulo adecuado y haber dejado atrás el drama y la decepción. Esto no quiere decir que he pasado la página, creo que no es algo fácil, sin embargo, he sabido lidiar con ello.
Aún me descubro preguntándome: ¿Qué será de ti?, ¿cómo ira tú vida?, ¿me recordarás un poco?, ¿estarás en los brazos de alguien más?… En resumen ¿cómo serán tus días sin mí en tu vida?… Y no tengo respuestas, ni una sola. Es tan paradójico que habiendo compartido tanto y sabiendo exactamente cada paso, cada actividad, cada quehacer tuyo a cada momento, de pronto no tenga la menor idea de lo que estés haciendo.
Pese a todo, hay un horizonte al final del camino y llegar a él es un verdadero triunfo. El camino andado luego de un “nosotros”, es sin duda un desafío; éste camino debe ser de aprendizaje, de comprensión y conocimiento de sí mismo.
Ver en retrospectiva nuestra historia es muy sano, visualizarte y pensarte ahora ya no duele. Sin duda es una extraña combinación entre añoranza y resignación. Sientes esa paz interna, que te provoca una leve tristeza  pero que ahora ya no es depresión, ya no provoca lágrimas ni quedarte en cama días enteros… Ahora sólo son recuerdos. Estas desapegándote de una convivencia, de una rutina, de una forma especial de expresar tú cariño por alguien que fue importante.
Olvidar lleva su tiempo, pasar la página es una determinación que llega a su debido momento. No quiero disfrazar mis emociones y sentimientos, así que para serte franca, hay momentos en los que aún me traiciono y quiero saber de ti, pero soy firme en mi postura, no permito manipularme y he evitado a toda costa, todo contacto; tampoco busco excusas para husmear en tus redes sociales. Tuve la madurez suficiente para controlar esos impulsos de indagar sobre ti, en realidad, sé que eso no tiene sentido, quizá encuentre algo de lo que no deseo darme cuenta, porque hay un dicho que reza… “El que busca, encuentra”. Yo prefiero mi paz interior, mi salud emocional y por supuesto, mi dignidad.
Yo opto por no perder mi tiempo en pensamientos masoquistas. Yo deje de ser parte de tú vida, mi capítulo en tu libro se terminó, lo clausuraste, pusiste punto final. ¿Por qué habría de preocuparme por ti ahora?Y no te confundas, no es arrogancia, es simplemente dejar fluir todo, seguir adelante y tomar las riendas de mi vida.
Es imposible hacer que la mente borre de tajo una historia de amor, sin embargo, he trabajado duro para comprender el proceso y tolerar los episodios de pánico, que suelen aparecer en las semanas posteriores a un truene. Fui fuerte, fui un paso a la vez y obtuve resultados.
Es imposible eliminar todo rastro de ti en mi memoria, eso me queda claro, pero es un hecho que ha llegado el momento en el que ya logré archivar en mi memoria nuestro capítulo. Iré a él cuando sea necesario, cuando desee retroalimentarme de aquel “nosotros”, cuando quiera contar alguna anécdota que valga la pena mencionar en el presente, o simplemente, cuando quiera evocarte e internamente me pregunte: ¿Qué será de ti?
Espero de corazón que tú, al igual que yo archives los momentos a mi lado con el mismo cariño que lo he hecho yo. Que haya una razón poderosa que te haga ir hacia esa parte de tus recuerdos, y así sepas y puedas darte cuenta que lo nuestro fue una buena historia; me reconforta pensar que aun que elegiste seguir tú propio camino, valorarás a la persona que fui contigo.
Siempre serás parte de mi historia, los acontecimientos vividos, aquello que dolió, eso no lo puedo cambiar; lo que sí puedo cambiar es el efecto que esos episodios, ahora convertidos en recuerdos, provocan en mi. Siempre me cuestionaré sobre tu destino; más que por amor, será por añoranza.
Imaginaré tú presente en mi mente, te veré feliz, quizá no pueda lograr pensarte con años a cuestas, pero algo en ti, será parecido a mí, algo nos queda de cada pareja, algo nos heredan. Así que iré contigo por siempre y tú estarás en mí a cada paso. Entonces seguiré mi vida con paso firme y feliz, feliz después de todo, después de ti.

Yo pensando: ¿Qué será de ti? … Y tú, tal vez, y sólo tal vez, preguntándote: ¿Qué será de ella?

martes, 12 de mayo de 2015

Cuando Las Miradas...


Cuando las miradas expresan
lo que el corazón quiere decir
las palabras están de más...